Garantizar la igualdad de oportunidades en los centros de trabajo sigue siendo un reto mundial, es por ello que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se ha propuesto promover la igual de oportunidades entre hombres y mujeres, creando el Convenio sobre la discriminación (Empleo y ocupación) número 111 de 1958, el cual nos proporciona una definición sobre la discriminación laboral en su artículo 1°:

“ARTÍCULO PRIMERO. Cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación.”

Es así que dentro del campo laboral en la actualidad encontramos una notoria desigualdad en las percepciones salariales entre un hombre y una mujer, resultando así en la tan conocida brecha salarial, la cual es definida como la diferencia entre “la mediana de los ingresos de los hombres y de las mujeres en relación con la mediana de los ingresos de los hombres”.

Algunas de las causas que provocan este fenómeno son:

  1. El empleo total o parcial con una percepción menor al del hombre, por la necesidad de ajustar sus actividades laborales con tareas y cuidado del hogar o actividades no remuneradas.
  2. Posición jerárquica. Las mujeres tienden a ocupar los puestos más bajo dentro de la jerarquía laboral, siendo los hombres quienes ocupen los cargos altos como gerencias y direcciones.
  3. Empleos minusvalorados que por años han sido arraigados a la mujer, con una percepción salarial baja en el campo laboral.

Las mujeres que participan en la economía en promedio obtienen ingresos laborales menores que los hombres, y la diferencia es más amplia en los sectores en donde se concentran más mujeres. En 2022 la brecha de ingresos es de 14%, es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer recibe tan solo 86 pesos.

La problemática prevalece por las diversas barreras que enfrentan las mujeres para entrar, permanecer y crecer en el campo laboral, además de los estereotipos de genero que se tienen tan arraigados a determinados sectores y ocupaciones a cada sexo.

Es por lo que el Instituto Mexicano para la Competitividad ha impulsado medidas para disminuir la brecha salarial, entre ellas se destacan las siguientes:

  1. Romper con la segregación ocupacional de genero para que las mujeres aumenten su participación en aquellos sectores con mayor remuneración salarial.
  2. Realizar autodiagnóstico de la brecha de ingresos entre hombres y mujeres dentro de los centros de trabajo.

La brecha salarial entre géneros es uno de los tres aspectos más importantes de la desigualdad de género, junto con el reparto desigual del trabajo no remunerado y la violencia contra las mujeres, y a pesar de los logros que se han obtenido para formar y mantener una igualdad entre el hombre y la mujer, aun queda mucho por hacer para eliminar las barreras que impiden a las mujeres desarrollarse plenamente en un ambiente de igualdad.